sábado, 17 de diciembre de 2011

Estaba oscuro, casi tanto como la boca del lobo o incluso más.
Nadie sabría decir exactamente que clase de lugar era aquel, ni siquiera catalogarlo de forma alguna.
Rumor de olas y puntos destelleantes en el horizonte. Frio de mil demonios.
Tenían las manos entumecidas y se las frotaban sin pausa, sus ojos continuaban entrecerrados a causa del cansancio mientras caminaban por aquel sendero pedregoso.
Nada más que el sonido de las piedrecitas bajo sus pies y de aquel mar negro, tan negro como la noche sin estrellas que los atrapaba.
Ni una luz que pudiese guiarlos por aquel sendero, mientras que de vez en cuando, alguno maldecía por lo bajo cuando alguna rama se topaba con sus inseguros pasos.
El sendero comenzaba a ascender por una ladera rodeada de tupidos árboles que no dejaban ni que la casi inexistente luz de la luna penetrase en sus copas. Las olas dejaron de rugir y comenzaron a mascullar. Un creciente viento gélido les azotó la cara mientras seguían subiendo, con el sonido de sus pasos sobre las ramitas caidas como único acompañamiento. De vez en cuando los sonidos de los animales en aquella oscuridad resultaba inquietante.
De pronto un gran destello. Apurando el paso salieron de aquel bosque y se toparon con lo que llevaban tanto tiempo buscando. Estaban exhaustos y helados, pero había merecido la pena.
Un colosal faro que desperdigaba destellos ante aquel infinito mar se erguía ante ellos.
Con ojos centelleantes y paso decidido caminaron hacia él. Sabían que habían llegado.



miércoles, 9 de noviembre de 2011

Cielo nocturno sembrado de estrellas, millones de luces y fuego.
Buena compañía y risas.
Manos teñidas de negro y algún destello cruzando el cielo en milésimas de segundo.
La luna y mucha ropa de abrigo.
Madera y música.
Humo y preocupaciones.
Cuantos momentos te guardas en el bolsillo, querida Capilla.

http://www.youtube.com/watch?v=qy5k9kX0o1E&list=LLlZWFuoGLl522bfRvZszX4w&index=28&feature=plpp_video

martes, 25 de octubre de 2011

Jonh.

La sala se encontraba casi en penumbra, tan solo iluminada por un viejo farol situado cerca de aquella vieja y desgastada mesa redonda. La luz anaranjada acentuaba los rasgos de Jonh... su pelo cobrizo y ondulado cayendo sobre su frente, sus pecas desperdigadas sobre su tez y aquel inquietante brillo en sus ojos glaciares.
Nos encontrabamos frente a frente en aquella mesa pero ninguno de los dos sabría decir con certeza el tiempo que llevabamos ahí sentados, sosteniendo con manos firmes nuestras últimas cartas.
Nadie tenía la osadía de pestañear, y mientras yo, intentaba inutilmente descifrar el significado de aquel brillo en sus ojos y aquella bien disimulada sonrisa que intentaba asaltar sus labios.
De pronto, toda aquella quietud se vino abajo. Jonh puso sus cartas sobre la mesa, boca abajo y cruzo los brazos sobre su pecho sin alterar lo más mínimo su rostro.
-¿Y bien?-Dijo mientras sus ojos centelleaban más que nunca.
-Put your dukes up, Jonh.
Y fue entonces, solo entones, cuando su sonrisa ganó la batalla y sus pecas semejaron arder sobre su nariz.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Tic.

Soy de esas personas a las que no le importa perder el tiempo, irse por las ramas, y poder pasarse tardes enteras en desconexión. Me gusta no tener nada importante que hacer para poder gastar mi tiempo con las cosas más insignificantes que se puedan imaginar. Adoro el tiempo libre.
Así mismo, me encanta tu compañía, y tan solo es cuestión de fusionar todo esto para resulte algo magnífico, ya que contigo, el tiempo se vuelve oro.
"Eres como un oasis en medio de este desierto."

jueves, 1 de septiembre de 2011

Freno o Desenfreno.

Odio no lograr un termino medio entre esas dos cuestiones, y de veras que siento pero...
No puedo frenar ahora para ti.


jueves, 4 de agosto de 2011

Echoes.

"Quiero que te vengas conmigo lejos, muy lejos. Fuera de todo este remolino de ceniza, humo y, como no, lluvia y viento. Vámonos a algún lugar donde el sol pueda quemarnos a gusto. Donde lo único que importe sea tener motivos de sobra para sonreir día si, día también. Donde tal vez, consigamos ser lo suficientemente libres para ser sinceros y donde todos nuestros miedos se pierdan en los ecos de una inmensidad sin domar.
Vámonos al desierto. Contigo me basta."